lunes, 19 de abril de 2010

Bagan (Silvia)






Bagan fue el epicentro de la cultura birmana durante el siglo XI, el llamado periodo de oro del imperio. El rey Anawratha (‘el que puede matar’) seducido por las hisotrias de un monje Mo sobre el budismo Theravada decide robarle las escrituras religiosas e introducirlo asi en el reino. Mas de 11 monarcas agradecieron su conversion construyendo en doscientos años alrededor de 4000 templos. Las invasiones mongolas y chinas y las luchas de poder entre los grupos etnicos acabaron con este periodo de oro, y Bagan se convirtio durante mas de cuatro siglos en una ciudad fantasma, habitada por bandidos y Nats o espiritus.
Bagan no fue habitado hasta los tiempos de la colonia inglesa. Mas de cien años despues, en 1990, durante la decada de apertura, sus habitantes fueron desalojados, cediendo su espacio vital a los hoteles y sus turistas. El turismo en Mynamar ha sido objeto de discussion. Por un lado esta la campaña de boycot que denuncia las violaciones de derechos humanos llevadas a cabo para impulsar el turismo (trabajos forzados, reasentamientos de comunidades, etc.) y el monopolio de los beneficios en las manos de la junta militar. Por otra parte, estan aquellos que piensan que el turismo es una ventana al mundo, y proponenen una manera de viajar que favorece el encuentro con su gente y la distribucion de los beneficios. Desde una perspectiva mas general, el sistema de sanciones impuesto por gobiernoes occidentales a la junta militar es un puro teatro, pues si bien introducen su discurso de derechos humanos y libertades, por otro lado, carecen de escrupulos y establecen cientos de joint-ventures con el gobierno militar para la explotacion de los recursos.
Los dias en Bagan fueron magicos, tan solo habia que deambular por esta planicie de 26 kilometros cuadrados habitada por templos, arboles y arbustos, para acercarse a su gente. Todos ellos quieren venderte algo, pero tambien quieren conversar. Esta combinacion hace posible el encuentro entre vendedor y comprador, entre local y turista, donde la transaccion economica es solo el inicio del encuentro. Conoci a Ha-Ha un pintor con quien recorri en bicicleta este territorio tan bello; a Lin Lin un chaval de 15 años que soñaba con ser guia turistico y te buscaba para hablar ingles; a Pakou, otro adolescente, tambien pintor, que tenia el corazon triste porque su novia, cansada de esperar, se habia casado con otro.





domingo, 18 de abril de 2010

Myanmar y la meditacion (Silvia)






A penas sali del aeropuerto de Yangon procedente de Chiang Mai (no se puede entrar a Myanmar por tierra), me estaban esperando del centro de meditacion Pandita Rama. Motivada por las sugerencias de Kim, una monja coreana amiga de Camilo y Ana, decidi hacer un retiro de meditacion vipassana.
Este centro en Bago, tan solo una hora al este de Yangon, es un lugar de referencia en todo el continente, y atrae, sobre todo, a monjes y monjas de todo Asia. Cuando llegue, apenas eramos 30 yogis, 20 mujeres y 10 hombres, pero tuvimos la suerte de compartir el centro con 500 novicios, niños/as que pasan las vacaciones de verano como monjes/as temporales aprendiendo las escrituras religiosas y los debidos compartamientos.
Es un lugar donde la cultura del monasterio llena el dia con sus liturgias y codigos. A las 3.00 suena el kaladet, un tambor de madera, que despierta con su sonido hondo e indica el principio del dia. A las 5.00 y a las 10.15 de forma ordenada – monjes, hombres ordinarios, monjas, mujeres ordinarias – caminan los 500 metros de bosque y lagos que separan la sala de meditacion del comedor. De manera segregada, hombres y mujeres, desayunan, comen y meditan (14 horas diarias), siempre en silencio, lo que llaman noble silence, un precepto que facilita el encuentro con uno mismo, la concentracion y la conciencia. Cada dos dias hay dhamma talk, una conferencia grabada de Pandita-bhivamsa sobre budismo y su relacion con la meditacion. Y cada tres veiamos al sayadaw, el profesor que nos enseña la tecnica y nos guia con las dificultades.
Despues de diez dias decidi marcharme, habia aprendido mucho y deseaba continuar la practica diaria de una manera mas relajada, fuera del monasterio. La experiencia fue increible, muy intensa, y a veces dura...imaginaros diez dias sola, con una misma!

La antesala de Myanmar (Silvia)







Mae Sot, es un pueblo cerca de la frontera con Myanmar, donde tiene lugar una de las dimensiones del conflicto birmano. Hombres y mujeres karen asi como otros disidentes de la junta militar llegan aqui en busca de refugio y trabajo. El gobierno de Tailandia permite (a veces) su entrada a cambio de su explotacion en las maquilas, el juego perverso del capitalismo.
La colonizacion britanica de Myamar ordeno el territorio y sus limites sin respetar las dinamicas de los grupos etnicos (Burmes, Karen, Mo, Shan, Chin, Kachin, Naga, Shan, etc.). Con la independencia en 1948 y la llegada al poder de la junta militar socialista, comienzan 60 años de guerra civil entre los detractores y partidarios del imperio, es decir, entre la etnia dominante (los burmeses) y los demas grupos etnicos respectivamente. Los Karen y los Shan,a pesar de la persecucion continua por parte de la junta militar y sus politicas de tierra quemada y violacion, siguen hoy en dian sin aceptar las propuestas (lease exigencias) del gobierno y siguen luchando por una autonomia.
Un lugar de referencia en Mae Sot es la clinica de Mae Tao, fundada en 1989 por un grupo de estudiantes y una mujer, Dr. Cinthya, que huian del breakdown militar de 1989 (que pedia la dimision del primer ministro Ne Win). Esta es una clinica de campaña con baja presupuesto donde voluntarios tratan cientos diarios diarios. Ademas es un centro de formacion donde jovenes birmanos reciben cursos basicos de medicina que les permitan diagnosticar y tratar enfermedades comunes en sus comunidades desprovistas de infrastructura y personal de salud.
El trabajo de cooperacion esta bastante limitado a acciones beneficas o de caracter humanitario. A pesar de que el problema es de caracter politico, las donaciones se destinan mayoritariamente a suplementos alimenticios e infrastructura (en salud o educacion) y los trabajos de denuncia, lobying y presion politica son limitados.

Los amigos de Chiang Mai (Silvia)





Por fin estoy con Camilo y Ana Julieta. La idea de venir a Tailandia no era otra que pasar tiempo con estos queridisimos amigos. La alegria es inmensa, nos da risa pensar en este magico reencuentro, tan alejado de nuestros espacios comunes. A Ana hacia tres años que no la veia, a Camilo, casi cinco; imaginaros entonces las ganas de conversa, de saber del otro, de contarle, de escuchar, de estar juntos. Fueron unos diez dias intensisimos, como suele ser la vida cerca de ellos. Los dias eran largos, hay que madrugar, visitar, y celebrar hasta la noche. La casa de estos amigos que os cuento, es una casa embrujada, parece pequeña, parece una propiedad privada, pero ni es pequeña ni es privada. Es una casa en continua metamorfosis, sus puertas se hacen grandes cuando oyen venir a los amigos de los amigos, sus paredes desaparecen para crear espacios comunes de intercambio, el jardin se acicala para alargar las noches y los encuentros.
Como siempre cuando estoy con ellos, me voy con el corazon lleno, la sangre en punto de efesvercencia, la cabeza repletita de cosas que pensar, y el alma contenta.

Norte de Tailandia, Chiang Rai (Silvia)






A principios de Marzo, y despues de seis meses de viaje juntos, David yo decidimos, como si de un experimento se tratara, partir en solitario y tener rumbos diferentes por unas semanas, yo hacia el este, norte de Tailandia y Myanmar, David hacia el sur, las playas de Tailandia, meca de la escalada.
Despues de pasar unos dias en el norte de Laos y no sentirme tambien como en el sur, inicie mi viaje a Tailandia. La primera curiosidad del camino, es como no, Boxeo, un pueblo a las orillas del Mekong; un paso fronterizo sencillo, utilizado sobre todo por laosianos y tailandeses que viven del intercambio. Mientras espero el barco para cruzar el rio, me asaltan la nostalgia por el pais que dejo, acentuada por el poco interes que me despierta el pais que me recibe. Despues de seis meses de viaje, es la primera vez que voy sola, y esto me produce sentimientos contrarios, de libertad y de inseguridad.
Mi primera parada en Tailandia es Chiang Rai, y aunque no es una ciudad fronteriza, la presencia de la prostitucion, la mezcla de gente y el consumo de droga construyen ese imaginario de las fronteras. Por la noche, este lugar de recreo se llena de personajes insolitos. De repente me vi sentada en una mesa con hombres occidentales con sus novias tailandesas; con unos rastafaris que veneraban a su rey, que no Bob Marley, sino Bhumibol Adulyadej; o con Jasmine, una chica de aca, inmersa en una historia de amores falsos, esperas eternas y HIV. Desconcertada y sin saber que pensar, me doy la bienvenida a Tailandia.
Cerca de Chaing Rai esta el templo blanco, el sueño en construccion de Chatermohai Kositpipat, un artista tailandes con fondos propios. Con esta libertad se erge esta fantasia blanca, llena de espejos, de brujas y ninfas que te abren el camino, de manos desesperadas que surgen del suelo en busca de mas vida. En el interior, un triptico lleno de color representa el bien y el mal.

Sur de Laos. Las 4000 islas. El Mekong.(David)







Desde Pakse, a las orillas del rio Mekong, Silvia se dirigio hacia el norte de Laos para, desde alli, pasar a Chang Mai (Tailandia) y reencontrarse con Ana Julieta y Camilo. Yo, en cambio, descendi mas hacia el sur, siguiendo el curso del Mekong mas alla de Champasak, justo antes de la frontera con Camboya, a la zona conocida como 'las cuatro mil islas'.

Los viajes en transporte local hay que tomarlos con mucha calma en el sudeste asiatico, pero aun mas en Laos: un viaje de 200 km puede llevar la mayor parte del dia, pero supone un gran momento para entender la idiosincrasia de este tranquilo pais.
Pese a ser aun la estacion seca (especialmente seca y larga este año), el Mekong adquiere aqui unas proporciones gigantescas (varios kilometros de orilla a orilla en epoca de lluvias) y una presencia muy intensa, dejando de ser un simple rio y convirtiendose en el eje de la vida en esta zona del pais. Hay miles de islas, algunas son simples bancos de arena que apenas asoman por encima del nivel de las aguas, otras tienen decenas de kilometros de longitud y estan habitadas. Entre medias, rocas, peñascos, cataratas, vegetacion. Los nombres: Don Khong, Don Det, Don Khon...en todas ellas un denominador comun: la tranquilidad, la pausa; son lugares donde, hasta hace muy poco tiempo, no habia electricidad, no habia trafico, no habia turismo. Y claro, poco a poco, las islas van cambiando y ya hay electricidad, ya hay motos y ya han llegado los falang con sus mochilas y extravagancias. Pese al cuidado que se esta poniendo en el desarrollo turistico de estas zonas para evitar los resultados de otras zonas del norte del pais (el mochilero mundo de Van Vieng) hay ya algunas zonas, especialmente el norte de Don Det, donde existen ya demasiadas guesthouses, bares y restaurantes, donde por un pequeño suplemento te preparan tu batido o tu comida "happy".
Pase cinco dias entre el sur de Don Det y Don Khon. Ambas islas siguen conectadas fisicamente por un sencillo puente de hormigon, vestigio del colonialismo frances, que junto con alguna que otra casa y una locomotora abandonada en mitad de la selva recuerdan los intentos europeos de domar este territorio y convertirlo en maquina de hacer dinero. Fueron dias de mucho reposo (hamaca y cabaña), de mucha lectura y de pequeños paseos, de disfrutar de la presencia del gran Mekong. Entre las islas el rio desciende a veces grande, lento, majestuoso y en otras zonas lo hace encerrado, agitado, belicoso, formando espectaculares cataratas, zonas sagradas donde los espiritus quedan atrapados. Es posible tambien hacer un corto viaje en barca para avistar los timidos y escasos delfines de agua dulce. El rio ofrece mil caras, mil reflejos, mil colores y transmite una gran serenidad que, pienso, deriva de la sensacion de continuidad, de no permanencia, de ese gran caudal de agua que no para y que determina el ritmo de la vida al sur de Laos.

En moto: Bolaven Plateau










En Attapeu alquilamos una moto para, en un recorrido circular, recorrer la 'Bolaven Plateau' que se extiende al oeste de Attapeu antes de descender hacial la gran planicie del Mekong, que recorre el pais de norte a sur, desde China hasta Camboya. La maquina: una Honda Wave de 110cc, 4 marchas, el vehiculo mas popular de todo el sureste asiatico, de aspecto endeble pero un verdadero correcaminos.
El piloto, David, la pasajera, Silvia, mas dos pequeñas mochilas con lo imprescindible para 6 dias de ruta.
La ruta: a grandes rasgos Attapeu-Pak Son-Tad Lo-Sekong-Attapeu. Carreteras secundarias (cuaternarias, diria yo), muchas de ellas sin asfaltar, muchas a medio hacer, llenas de socavones, baches y trampas varias que ponen a prueba la pericia del piloto.
El lugar: la Bolaven Plateau es un territorio elevado entre 1000 y 1300m sobre el nivel del mar, tradicionalmente poblado por la etnia Laven pero con diferentes grupos etnicos, que limita con Vietnam hacia el este. Es aqui por donde discurren muchos tramos de la 'Ruta Ho Chi Min' que sirvio para el continuo abastecimiento de tropas, armas, municion y comida desde el norte de Vietnam hacia el sur durante todos los años de guerra contra el ejercito survietnamita y americano y, antes, contra la ocupacion colonial francesa. No en vano se estima que Laos es el pais mas bombardeado de la historia y existe aun mucha municion sin explotar diseminada por el terreno.
El record: solo 3 caidas en los 2 primeros dias; dos de ellas casi en parado (que si barro, que si hojas secas...) y otra de ellas, circulando, por culpa de un pollo indeciso, que no sabia si escapar hacia la izquierda o hacia la derecha.

Nos fascino recorrer la region con la libertad que proporciona el viajar en moto, deteniendonos cada vez que algo nos llamaba la atencion. Pasamos por infinidad de pobres poblados de cabañas de caña, madera y bambu, elevadas sobre el suelo, pueblos donde el tiempo parece detenido, donde aparentemente nada sucede, niños sucios, despeinados, de mirada intensa. Muchas escuelas a las afueras de los poblados, muchas vacias. Abuelas en cuclillas, fumando en pipas de agua o sus cigarros liados de grosor imposible.

Atravesamos selvas en que los sonidos de las cigarras eran ensordecedores, con rios que las atravesaban y conformaban cataratas impresionantes, vertiendo sus aguas en hondonadas profundas. En epoca de lluvias debe ser aun mas increible el contraste de colores, con la vegetacion y los rios en su maxima expresion.

Es ademas zona de cultivo de cafe, que se puede degustar en todos los mercados; riquisimo, de muy intenso y fuerte aroma, lo tomabamos habitualmente con hielo para intentar escapar del asfixiante calor que nos acompañaba.
Recordamos tambien los templos que jalonan la region, tan coloridos, y los relajantes cantos de los monjes rezando en Sekong.
Esperamos que este territorio conserve su espiritu (diferente y relajado) y su aspecto, aunque la deforestacion parece imparable y sus huellas son ya mas que evidentes.









Entrando a Laos, Attapeu








Los dias de cruce de fronteras son momentos especiales, pues contienen las emociones intrinsecas de la partida y la llegada, aparecen las diferencias y, tambien, los parecidos en los pueblos que comparten territorio pero no pais. Los puestos fronterizos aparecen como una micro-representacion de las realidades nacionales. La aduana vietnamita es un gran edificio habitado por mostradores. En Laos, a penas hay unas casetas de madera donde oficiales del ejercito y viajeros se protegen del sol para hacer el papeleo.

Ambos son paises con proyecto comunista, sin embargo, Laos tiene una sociedad mas igualtiaria y una espiritualidad mayor que Vietnam. Lejos de la influencia de China, y mas cercano a la India, el budismo theravada impregna la vida de los laosianos. Se dice que 'los vietnamitas plantan el arroz, los camboyanos lo ven crecer y los laosianos lo escuchan crecer'. Su realidad es dura, pobre y polvorienta, sin embargo, aun son capaces de tomarselo con calma y alegria.

Llegamos a Attapeu a la tarde y hacia un calor infernal. Nuestro amigo vietnamita nos dejo en una parada de autobus de la calle principal. Antes de buscar alojamiento, entramos en el templo, un lugar mundano envuelto por el misterio. Apenas llevabamos hora y media en Laos, y todo lo que veiamos nos gustaba: los monjes en su naranja brillante, la exuberante naturaleza, los caminos de tierra roja, y la buena onda de los laosianos. Nos sentiamos dichosos de estar alli.

Los templos budistas son como las mezquitas, lugares de encuentro, donde todo el mundo es bienvenido a sentarse debajo de un arbol, escuchar los rezos de los monjes, o hablar con alguno de ellos. Son curiosimos y les encanta practicar el ingles, asi que enseguida, al ratito de llegar al templo, te sientas y el menos timido se acerca y te pregunta: may I sit with you? Ahi comienza un intercambio de curiosidades, las suyas por tu vida, y las nuestras por la suya en el templo. Todos los niños varones tienen que pasar unas semanas en el templo, algunos de ellos deciden quedarse mas tiempo y es cuando pasan a ser novicios. Cada dia a las 6 de la mañana tiene lugar el Painbin Vat: los monjes recorren, ordenados, las calles de su pueblo para recibir la comida de los fieles, quienes los esperan frente a su casa, vestidos elegantemente y con ofrendas de arroz, platanos, maiz....segun ellos dandoles vida.

Attapeu supuso nuestra acogida a Laos. Nuestro remanso de paz tras la agridulce experiencia de Vietnam. Una pequeña ciudad junto al rio y un pequeño y sencillo mercado en el centro. La vida transcurre, pausada, entre estos dos focos; en torno al mercado durante el dia: vegetales frescos, productos de limpieza, sarongs y telas multicolores, talleres y recambios para la motocicleta, escobas, cestos, especias y puestos de comida; en torno al rio al atardecer: aqui uno se refresca y se lava todo el calor del dia, se relaja, los niños juegan y juegan, los bufalos tambien se bañan, y los pescadores faenan hasta bien entrada la noche.

Hacia el sur de Vietnam









Cansados de la infraestructura turistica que todo lo invade y condiciona, decidimos dejar Vietnam y entrar a Laos por una de las fronteras mas al sur, Bo Y. Antes de este viaje transfronterizo, tres paradas: la ciudad prohibida de Hue, el pueblito costero de Hoi An y el cruce de caminos de Kom Tum.

Hue es el corazon intelectual, cultural y espiritual de Vientam. Uno de sus tesoros es la ciudadela, Kihn Thanh, la que fue ciudad imperial, en la ribera norte del rio Perfume. Dentro de esta se encuentra la Ciudad Prohibida, una ciudadela dentro de la ciudadela, donde el emperador Gia Long ejercia su poder alla por el siglo XIX. Y, como si se tratara de un juego de muñecas rusas, en su interior nos encontramos con la ciudad prohibida violeta, el espacio intimo del emperador, donde solamente podian acceder los eunucos y las concubinas reales. Conforme uno va penetrando estos niveles, las formas se suavizan, la politica desaparece y entramos en la dimension mas humana y cotidiana de la vida imperial. A pesar del bombardeo violento de los americanos, la ciudad prohibida todavia conserva su estructura y muchos de los edificios, decadentes, pero presentes, testigos de la historia.

Otro lugar con denominacion de patrimonio de la humanidad es el pueblito de Hoi An. Fue un importante enclave comercial durante el siglo XVII. Es un lugar extraño: sus multiples capas o estratos confunden al viajero que trata de desempaquetar la realidad que ve. Por un lado, esta todo lo que envuelve al pueblo, basicamente su arquitectura mezclada - europea, japonesa y china -, el rio Thu Bon, promotor de la fusion cultural, y unos alrededores de costa y campos de cultivo. El encanto del lugar se desmorona bruscamente cuando uno penetra este primer nivel y empieza a mirar las entrañas para ver que ocurre en su interior. Y es en este ejercicio, cuando uno sale despavorido, la ciudad ha sido invadida por el turismo, un negocio que tranforma el espacio segun los intereses de sus clientes.

Nuestra ultima parada en Vientam fue Kom Tum, una antesala al paso fronterizo de Bo Y. Tan solo nos quedamos un dia, el tiempo necesario para arreglar el transporte. Terminamos viajando con un comerciante vietnamita en un lujoso 4x4 cargado de mercancias, algunas de ellas quedaron en la frontera, nos imaginamos que para pagar la transigencia de los militares.