miércoles, 20 de enero de 2010

Kashgar








El dia que llegamos a Kashgar (Kashi para los chinos han), la primera ciudad china de nuestra Ruta de la Seda, fue magico. Subidos en un camion atravesamos la tierra de nadie que unia y desunia Kirgystan con China y una verja metalica en medio de la nada, guardada por militares, nos daba la bienvenida. Las inspecciones meticulosas de nuestro equipaje, la formalidad de los oficiales, sus uniformes de invierno, el orden reinante a 2500 metros de altura, no dejaban lugar a la duda, habiamos llegado a la China jerarquica, burocratica, compleja y tan lejana. Pasados los numerosos controles llegamos a un lugar extraño y deshabitado, parecia el lejano oeste, calles sin asfaltar, negocios fantasma, animales ambulantes, basura. En este lugar tan inhospito negociamos el taxi, cambiamos dinero y nos adentramos en un paisaje espectacular que nos conduciria a la soñada ciudad de Kashgar. Durante varias horas pudimos contemplar la belleza en su mas pura expresion, valles que se abrian y cerraban, montañas que acariciaban el suelo y se alzaban al cielo, pastos infinitos ocupados pacificamente por camellos, caballos, ovejas, vacas, pueblitos de casas homogeneas, y mucha gente andando por la carretera. Estabamos felices.
Kashgar es una ciudad muy particular, hogar de la minoria musulmana Uigur, a las puertas del desierto de Taklamakan y a los pies de la cadena montañosa de Tianshan, en el extremo occidental de China en la Region autonoma de Xinjiang. A pesar de su situacion geografica y caracteristicas etnicas, Kashgar va poco a poco sucumbiendo a la colonizacion Han, el grupo etnico mayoritario de China. Desde que en 1949 la Republica independiente del Turkestan Oriental cayo en el poder absoluto de la China comunista, la cultura uigur ha sido contiuamente reprimida. Mientras el gobierno de Pekin apuesta por el desarrollo economico como un instrumento para extinguir el independentismo, los uigures siguen denunciando la continua inmigracion han a la region, la ‘hanizacion de su cultura’, la ocupacion de los puestos en la administracion publica... Ellos lo tienen claro, no se trata de un conflicto economico sino politico, no quieren mas dinero sino respeto por su cultura y su voz.
Asi es que la ciudad de barro, de calles laberinticas, estrechas y llenas de vida, del ‘salam alikum’ se encuentra sitiada por edificios y plazas de corte comunista, negocios a la occidental, cerdo agridulce y muchos militares cuya mera presencia recuerda al oriundo quien es el poderoso. Durante la semana que estuvimos alli nos dedicamos a desenterrar la ciudad soñada, y cada dia que pasaba la minoria uigur brillaba mas, su centro historico se hacia mas grande, su cultura lo inundaba todo. Fue un viaje en el tiempo, donde los artesanos ocupaban las calles principales, los alimentos basicos se vendian al aire libre, los abuelos charlaban en las plazas, la llamada a la oracion la hacia el almuhacin, a viva voz, los niños se entretenian con lo que les ofrecia la calle...

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