domingo, 18 de abril de 2010

Entrando a Laos, Attapeu








Los dias de cruce de fronteras son momentos especiales, pues contienen las emociones intrinsecas de la partida y la llegada, aparecen las diferencias y, tambien, los parecidos en los pueblos que comparten territorio pero no pais. Los puestos fronterizos aparecen como una micro-representacion de las realidades nacionales. La aduana vietnamita es un gran edificio habitado por mostradores. En Laos, a penas hay unas casetas de madera donde oficiales del ejercito y viajeros se protegen del sol para hacer el papeleo.

Ambos son paises con proyecto comunista, sin embargo, Laos tiene una sociedad mas igualtiaria y una espiritualidad mayor que Vietnam. Lejos de la influencia de China, y mas cercano a la India, el budismo theravada impregna la vida de los laosianos. Se dice que 'los vietnamitas plantan el arroz, los camboyanos lo ven crecer y los laosianos lo escuchan crecer'. Su realidad es dura, pobre y polvorienta, sin embargo, aun son capaces de tomarselo con calma y alegria.

Llegamos a Attapeu a la tarde y hacia un calor infernal. Nuestro amigo vietnamita nos dejo en una parada de autobus de la calle principal. Antes de buscar alojamiento, entramos en el templo, un lugar mundano envuelto por el misterio. Apenas llevabamos hora y media en Laos, y todo lo que veiamos nos gustaba: los monjes en su naranja brillante, la exuberante naturaleza, los caminos de tierra roja, y la buena onda de los laosianos. Nos sentiamos dichosos de estar alli.

Los templos budistas son como las mezquitas, lugares de encuentro, donde todo el mundo es bienvenido a sentarse debajo de un arbol, escuchar los rezos de los monjes, o hablar con alguno de ellos. Son curiosimos y les encanta practicar el ingles, asi que enseguida, al ratito de llegar al templo, te sientas y el menos timido se acerca y te pregunta: may I sit with you? Ahi comienza un intercambio de curiosidades, las suyas por tu vida, y las nuestras por la suya en el templo. Todos los niños varones tienen que pasar unas semanas en el templo, algunos de ellos deciden quedarse mas tiempo y es cuando pasan a ser novicios. Cada dia a las 6 de la mañana tiene lugar el Painbin Vat: los monjes recorren, ordenados, las calles de su pueblo para recibir la comida de los fieles, quienes los esperan frente a su casa, vestidos elegantemente y con ofrendas de arroz, platanos, maiz....segun ellos dandoles vida.

Attapeu supuso nuestra acogida a Laos. Nuestro remanso de paz tras la agridulce experiencia de Vietnam. Una pequeña ciudad junto al rio y un pequeño y sencillo mercado en el centro. La vida transcurre, pausada, entre estos dos focos; en torno al mercado durante el dia: vegetales frescos, productos de limpieza, sarongs y telas multicolores, talleres y recambios para la motocicleta, escobas, cestos, especias y puestos de comida; en torno al rio al atardecer: aqui uno se refresca y se lava todo el calor del dia, se relaja, los niños juegan y juegan, los bufalos tambien se bañan, y los pescadores faenan hasta bien entrada la noche.

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