domingo, 18 de abril de 2010

Halong Bay y CatBa









Desde Hanoi existen mil y una agencias que organizan la visita a la bahia de Halong (Halong Bay): circuitos de uno, dos o tres dias que incluyen desplazamiento desde Hanoi, comidas, crucero en un precioso barco de madera y estancia de al menos una noche en la bahia, durmiendo en el barco. Nuestra intencion era evitar estos "paquetes" turisticos y poder organizar la visita a nuestro ritmo. Asi, fuimos directamente en autobus y en barco a la isla de Cat Ba, la unica habitada en la bahia. Pasamos alli cinco dias, durmiendo en un agradable bungalow junto a una preciosa y vacia playa (primer baño de la temporada, aunque el tiempo no acompaña demasiado) sacudiendonos, por fin, los frios pasados en los meses de viaje anteriores. Tambien alquilamos una moto con la que pudimos recorrer tranquilamente la pequeña isla, de norte a sur, de este a oeste... y escalar en una preciosa pared de roca caliza, en mitad de la jungla y a las puertas del parque natural que esconde la isla. Tras estos dias de pausa decidimos organizar desde alli el recorrido en barco por la bahia y, de nuevo, nos vimos sumergidos en la todopoderosa voragine del circuito turistico en Vietnam: es imposible escapar. No solo no podiamos organizar el viaje de manera independiente, sino que a parte de pagar mas dinero, nuestro crucero seria el mismo que si lo hubieramos organizado desde Hanoi. Y no solo eso, tuvimos ademas que sobornar a un guia (mas dinero!) para poder subir al barco en el que pasariamos dos dias porque habiamos olvidado nuestros pasaportes en el hotel de Hanoi.

Halong Bay es un lugar increible. Kilometros y kilometros de mar salpicados por islas, por peñascos de pura roca caliza, de abruptas formaciones karsticas coronadas por una espesa y exhuberante vegetacion selvatica. Es un lugar sacado del imaginario de un cuento de piratas, un laberinto de agua y roca, un capricho de rincones sobrecogedores y cuevas escondidas.

Pero la visita queda empañada en la memoria por el borreguismo de la visita programada: ahora a comer, ahora a hacer kayak, ahora a comer otra vez, no podeis comprar bebida fuera del barco, diez minutos para visitar la cueva... como os podreis imaginar casi nos tiramos por la borda, o mejor, casi tiramos por la borda al guia. Incluso llegamos a pasar hambre, si, en un crucero VIP, luxury, con manteles de tela y parejas en luna de miel.

Abajo los monopolios turisticos, que arruinan el encanto del lugar y no contribuyen al desarrollo de los habitantes de la zona, que deberian ser los primeros beneficiados. Viva el viaje independiente.

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